La sorpresa del día

Después de la puntada que se aventó al hacer la tarea, de decirme que no podía estar viendo que no hacía la tarea porque yo estaba lavando platos...me deja con la boca abierta al deletrear su nombre...
Sé que es algo que todos los niños hacen, pero recordé claramente las palabras sabias que alguna vez me dijeron: NUNCA SUBESTIMES A LOS HIJOS
Cuando menos me lo espero mi chaparro me demuestra que aprende cosas nuevas, que yo consideraba que aún no sabía, me encantan esas sorpresas y por supuesto que espero más de esas cada día

Visitamos a los animales

El fin de semana nos fuimos de safari a Africam, con unas muy buenas amigas y sus hijos. Curiosamente las tres tenemos peques de 4 años (una niña, un niño y Arturo), además de otro niño de 6 y otro primo de 8 años. Así que nos pusimos de acuerdo y después de aaaaaños de no vernos, por fin pudimos convivir padrisimo un buen rato.
De los primeros animales que vimos fueron las jirafas, causaron sensación por su cuellote, aunque todos los pequeños conocen a las jirafas, pero verlas en vivo y tn cerca es muy diferente a verlas en las caricaturas.

Después de ver ciervos, venados, y otros animalillos que no recuerdo bien sus nombres (la memoria con la edad se va perdiendo ehh), llegamos a un zona de descnso a estirar las piernas... y bueno, Arturo quería pasear en lancha, logré convencerlo de cambiar la lancha por una llama. Aunque parece que el pequeño quiere salir corriendo, la verdad era que estaba muy emocionado por subirse a la llama.

Super tranquila la llamita, se nota que está mas que acostumbrada a llevar chamacos latosos de paseo.

Terminando el paseo, Arturo aprovecho para acariciar el pelaje de l llama, y por supuesto darle las gracias al señor que nos guió por el paseo. (Aprovechar para los buenos modales)

Continuando el recorrido vimos guacamayas, y como estaban haciendo escandalo, los pequeños aprovecharon para mostrarnos lo bien que habían aprendido a imitar a las guacamayas... lo cual lleno el auto de imitaciones tan bien hechas que durnte un rto fué imposible que nuestras voces se escucharan bien jeje

Al pasar por los dromedarios el canto de las guacamayas cambió a una muy buena conversación en la que se determinó (por opinion experta de una niña y un niño de 4 años), que los dromedarios tienen dos jorobas, y los camellos sólo una. Y que además los "camellos" de una joroba tienen la boca chueca y deberían visitar al dentista.

Para finalizar nuestro safari un bello recuerdo con las amigas y descendientes, gracias por este fin de semana.